Novelas cortas (de largo recorrido):
Una pieza teatral y un relato de Agota Kristof encontrados en su fondo, publicados por vez primera, con ecos de infancias como las de Klaus y Lucas. ¿Qué más podemos añadir?
Seniors catalanes que vuelven a la mesa:
Tres relatos perturbadores para cerrar el «Ciclo de Feixes», donde la música de Debussy flirtea con vampiros y algunos de los supervivientes de La telaraña.
Una oda a la belleza y al poder del arte en medio de la destrucción de una ciudad asediada por la guerra.
(A la venta a partir del 6 de junio.)
El costumismo barcelonés retratado desde la ironía implacable de una Roig en estado de gracia.
Una compilación de cuentos mordaz, que cumple un cuarto de siglo, pero no ha envejecido nada: el retrato del caos cotidiano sigue vigente.
Americanadas que esperábamos con ganas:
Dos de los hijos del reverendo Boughton vuelven a Gilead, muchos años después de marcharse. Los secretos familiares, las crisis de Fe y la necesidad del perdón saldrán a la superficie.
Segunda parte de la trilogía empezada con Los cerros de la muerte: Offutt novela la ley propia de los Apalaches con policías vagos, excombatientes de Afganistán metidos a detective y mucha heroína.
Historia, ensayo, libros de sabios:
La reconstrucción de la vida y el compromiso de ocho monjes que el Abad Escarré mandó a Cuixà para refundar el monasterio y convertirlo en un referente para la recuperación de la cultura catalana.
Un millar de aforismos para recuperar al Joan Fuster filósofo, en el año del centenario de su nacimiento: literatura, arte y vida práctica, siempre envueltos de ironía.
Un ensayo sobre la dificultad de escribir, sí… sobretodo si se es mujer, de clase baja o de piel negra. Escrito hace cincuenta años sigue, desgraciadamente, siendo actual.