de Annie Dillard

Fuentetaja, 2002                                                                                                                                                                         (Traducció d’Alba Dedeu)

«Es cierto que la mente del escritor hace algo antes de morirse, igual que su propietario; pero se me haría muy extraño llamarlo vida.»

Un libro que reflexiona sobre el hecho de escribir, pero que va mucho más allá. Porque, como todos los buenos libros, lo que importa aquí no es si habla de como escribe alguien sino de cómo nos enfrentamos a la vida desde la vocación irrenunciable. Y cómo nos modifica la vida el oficio que elegimos. La mirada sobre el mundo.

El prólogo de Vicenç Pagès Jordà (en la reciente edición catalana, publicada por L’Altra editorial), además, es un master en escritura comprimido en 39 escalones.

«Hace falta una habitación sin vistas, porque la imaginación se pueda encontrar con la memoria a oscuras.»